Originally published in Spanish in 2017 by Libreria Bosch, Barcelona, the Atlas of Forensic and Criminal Psychology is a one-of-kind book made available in English for the first time. This unique work is highly illustrated with full-color images, providing a medico-legal examination of forensic pathology as it relates to cases of forensic psychological interest. The book begins with a historical perspective and includes images of patients to familiarize the reader with symptoms, the hazard-risk criteria, lethality, and suicidal rescue—research that Dr. Tiffon has addressed in his previous publications. Chapters present photographic records of cases to deepen forensic, psychologist, and medico-legal professionals’ insight into thoughts, behaviors, and mechanisms of self- and hetero-aggressiveness. Such cases illustrate the outcomes of various disorders manifested in individuals and victims; as such, they provide an understanding of the psychological-legal conclusions reached in such cases in order to adapt the legal and preventative measures for specific situations. Coverage includes affective, schizophrenic, and personality disorders as contributing elements in diagnostic judgments, noting the great difficulty such examples present to experts performing psychopathological evaluations after criminal, and often violent, events have occurred. Various psychopathological disorders are addressed as well as the technical treatment that should occur in each case from a psychological-forensic perspective. Features: • Presents a provocative look at various syndromes familiar to forensic psychologists, as applied to criminal cases and the pathology of suicide victims and homicide perpetrators • Combines the work of world-renowned expert contributors to examine the criminal, legal, and psychological facets of various diagnoses and case examples • Offers insight into the psychological state of suicide victims, considering their state of mind as a "psychological autopsy" In his previous books published in Spanish, Manual of Consulting in Psychology and Clinical, Legal, Legal, Criminal, and Forensic Psychopathology (2008), Manual of Professional Performance in Clinical, Criminal, and Forensic Psychopathology (2009), and the 4-volume Practical Criminological Atlas of Forensic Psychometry (2019-2020), Tiffon approached forensic psychology and psychopathology from a theoretical perspective. In the Atlas of Forensic and Criminal Psychology, his first book translated into English, Tiffon expands on these prior works, serving to provide a visual reference and guide to medical pathologists and consulting psychologists in cases of disorders in which psychopathological mutilation, injury, and self-injury occur.
Manual de Psicología Jurídica, Forense y Criminal es un libro concebido para la docencia de diversas asignaturas agrupadas en el ámbito de la Psicología Jurídica y que el autor imparte en las Facultades de Psicología y Derecho de la Universidad de Barcelona. El libro puede ser también utilizado por estudiantes y profesionales de la Psicología, la Criminología y el Derecho para profundizar en el conocimiento en este ámbito aplicado de la Psicología Social. La prioridad de este texto es familiarizar al alumno con los procesos de análisis de casos, búsqueda científica, marco jurídico, metodología, técnicas utilizadas, elaboración de informes forenses e interrogatorio en la Sala de Justicia. Cada capítulo de la obra, excepto el primero, que es introductorio y está relacionado con los fundamentos teóricos de la Psicología Jurídica, se estructura en tres bloques: introducción teórica, descripción de los hechos y desarrollo secuencial del caso práctico.
Over the past several years, myriad manuals on crime scene investigations have been published with each focusing on select, or partial, aspects of the investigation. Crime scene investigation, done right, is a multi-faceted process that requires various forms of evidence to be collected, examined, and analyzed. No book available has addressed procedures to present global best practices by assembling a collection of international experts to address such topics. Manual of Crime Scene Investigation is a comprehensive collaboration of experts writing on their particular areas of expertise as relates to crime scenes, evidence, and crime scene investigation. The book outlines best practices in the field, incorporating the latest technology to collect, preserve, and enhance evidence for appropriate analysis. Various types of forensic evidence are addressed, covering chain of custody, collection, and utility of such evidence in casework, investigations, and for use in court. The approach, and use of international contributor experts, will appeal to a broad audience and be of use to forensic practitioners, and the forensic science community worldwide. Key features: • Assembles an international team of contributing author experts to present the latest developments in their crime scene field of specialty • Examines global best practices and what are consistently the most reliable tactics and approach to crime scene evidence collection, preservation, and investigation • Provides numerous photographs and diagrams to clearly illustrate chapter concepts Manual of Crime Scene Investigation serves as a vital resource to professionals in police science and crime scene investigations, private forensic institutions, and academics researching how better real-world application of techniques can improve the reliability and utility of evidence upon forensic and laboratory analysis.
La psicología jurídica y forense se ha convertido en una disciplina con un elevado grado de especialización dentro de la psicología. En la actualidad, cuenta con un corpus conceptual y metodológico propio, albergando un gran número de campos teóricos y áreas de aplicación. Todos ellos tienen la apasionante y complicada tarea de abordar las relaciones del comportamiento humano dentro del contexto jurídico-legal. La presente obra se compone de dos volúmenes: el primero compila aquellos contenidos introductorios de la psicología jurídica que incluyen algunos conceptos básicos del derecho, así como contenidos de la psicología más relacionados con los procedimientos y métodos que el psicólogo especialista en esta área de conocimiento debe manejar; el segundo volumen contiene los contenidos dedicados a los principales campos de aplicación. El volumen 1, que presentamos a continuación, se estructura en diez capítulos. El primero se ocupa de contenidos introductorios de la psicología jurídica y forense; y los dos siguientes tratan aspectos legales básicos: el segundo, cuestiones relativas al derecho penal, civil y laboral; y el tercer capítulo, aspectos legales propios de la organización de la justicia y la prueba pericial. Los siguientes capítulos tratan temas más directamente relacionados con la psicología en el ámbito propiamente jurídico y forense; principalmente, contenidos metodológicos y procedimentales, y herramientas aplicadas. Todas ellas con un importante carácter transversal a las diferentes áreas y campos de actuación de los psicólogos jurídicos y forenses. En concreto, se incluye un capítulo sobre la evaluación psicológica en el ámbito forense (Capítulo 4), el testimonio (Capítulo 5), el informe pericial (Capítulo 6), la entrevista cognitiva (Capítulo 7), la simulación (Capítulo 8), y sobre métodos alternativos en la solución de conflictos y mediación (Capítulo 9). Finalmente, el capítulo 10 se dedica a los principios éticos y deontológicos propios de la práctica pericial que todo profesional en este ámbito debe considerar. El conjunto de todos estos capítulos tiene la intención de ofrecer una actualización de los principales contenidos de la psicología jurídica y forense que puedan ser de utilidad tanto para los psicólogos cuya actividad profesional se desarrolla en este ámbito, como para estudiantes y juristas que quieran aproximarse a esta disciplina y profundizar en la misma para mejorar su formación o adquirir una mayor especialización. El lector podrá complementar este volumen, dedicado fundamentalmente a los aspectos conceptuales y metodológicos básicos y transversales, con la lectura y estudio de los contenidos de un segundo volumen con contenidos aplicados a las diferentes áreas y ámbitos de actuación de la psicología jurídica y forense. La psicología jurídica y forense, aunque tiene unos fundamentos conceptuales y teóricos procedentes de las disciplinas jurídica y psicológica es un ámbito principalmente aplicado. En la actualidad, las áreas de aplicación de la psicología jurídica son numerosas dentro del ámbito del derecho civil y de familia, derecho penal, derecho laboral y penitenciario, y de los menores. En todas ellas, existen subáreas de actuación práctica en la que el psicólogo puede llegar a tener un desempeño como forense. En el presente volumen, que constituye la segunda parte del Manual de Psicología Jurídica y Forense, se presentan algunos de los principales campos de aplicación práctica de esta disciplina y sirve de complemento al primero, principalmente dedicado a contenidos conceptuales y procedimentales básicos. El volumen consta de ocho capítulos que muestran, desde una perspectiva aplicada, el papel del psicólogo y de la psicóloga en diferentes campos jurídicos: uno dedicado al derecho de familia (Capítulo 1), otro a la neuropsicología forense en los ámbitos civil y criminal (Capítulo 2), tres al derecho penal (Capítulos 3, 4 y 5), uno al laboral (Capítulo 6), otro al penitenciario (Capítulo 7) y, finalmente, uno más dedicado al ámbito de los menores (Capítulo 8). Los capítulos referidos al derecho penal, abordan temas tales como la imputabilidad (Capítulo 3), la delincuencia y criminalidad (Capítulo 4), y las lesiones psíquicas y secuelas emocionales en víctimas (Capítulo 5). En cada uno de los capítulos se recogen una serie de contenidos que, consideramos, todo psicólogo jurídico y forense ha de tener en cuenta para poder ejercer adecuadamente sus funciones. Para ello, se ha tratado de dar a los capítulos una orientación eminentemente práctica y aplicada en los diversos contextos profesionales que se abordan. Esperamos que el material que aquí presentamos constituya, junto con el volumen I de esta obra, una ayuda básica para la actualización del quehacer del psicólogo jurídico y forense en su práctica profesional. Psicólogos, estudiantes, juristas y cualquier profesional que ejerza en este ámbito podrá encontrar también en estas líneas la posibilidad de aproximarse a esta disciplina y/o profundizar en la misma para mejorar su formación o adquirir una mayor especialización. Es el deseo de sus editores, así como de los autores participantes que se han esmerado en la preparación cuidadosa de sus contenidos, que este manual sea una fuente no solo de aprendizaje sino también de disfrute para todos sus lectores.
This contributed volume is a real “who is who” in Latin American psychology. Edited by the most prominent psychology researcher alive in the region, the book presents a comprehensive panorama of psychology in Latin America as a science, as a profession and as a way of improving the quality of life of individuals and communities. Despite its achievements, Latin American psychology is little known by the international psychological community. In order to fill this gap, Dr. Rubén Ardila has invited the most important researchers and practitioners in the region to present an overview of psychology as both a profession and a research field in Latin America in the following areas: · Scientific research · Professional issues · Clinical and health psychology · Developmental psychology · Educational and school psychology · Organizational and work psychology · Social psychology · Community psychology · Legal and forensic psychology Psychology in Latin America – Current Status, Challenges and Perspectives seeks to place Latin American psychology on the map of international psychology, and by doing so it aims to foster cooperation between researchers, practitioners and students from the region with its peers from all over the world.
Aunque de alguna manera siempre hubo interés por relacionar los procesos psicosociales y los jurídicos, y a pesar de que existen importantes antecedentes, incluso en España (Mira i López, 1932, quien publicó el primer manual de Psicología Jurídica en nuestro país), sin embargo el psicólogo social se ha mantenido tradicionalmente al margen de las cuestiones legales y de las cuestiones jurídicas, y sólo recientemente ha empezado a preocuparse por este campo, eso sí, cada vez más. De hecho, hay que esperar a 1980 para que aparezca en nuestro país otro manual de Psicología Jurídica, el de Muñoz, Bayés y Munné (1980). Pero con el crecimiento de la Psicología Social, y su expansión sobre todo por los ámbitos aplicados, está surgiendo también aquí una cada vez más potente Psicología Jurídica. Y es que las implicaciones mutuas entre el mundo jurídico y el de la psicología son numerosas. «A fin de cuentas, el Derecho y los sistemas de administración de justicia no son más que intentos, decantados y cristalizados a través de un proceso histórico, de regular la convivencia social, de reducir y resolver el conflicto que la interacción produce inevitablemente... No hace falta ser muy psicologicista, ni caer en tentaciones corporativas, para concluir que los conocimientos sobre el comportamiento deben ser una herramienta fundamental en el análisis y comprensión de este proceso. La psicología se sitúa así en una atalaya privilegiada desde la que observar a sujetos, grupos e instituciones implicadas. Y, desde luego, esa psicología que lleva lo social por apellido no puede renunciar a tener como alguno de sus objetivos más queridos aquello que tenga que ver con la ley: su inspiración, su violación y castigo, la prevención del delito, sus causas y explicaciones, las instituciones carcelarias, las posibilidades de reinserción de los delincuentes, etc. (Sobral, 1996, p. 254)». Por otra parte, en este libro mostraremos numerosos casos en que, en contra de lo que muchos profesionales del Derecho creen, la Psicología y la Psicología Social están encontrando y construyendo en sus investigaciones una serie de fenómenos que no sólo van más allá del sentido común, sino que incluso le contradicen abierta y frontalmente. Al lector le sorprenderán muchos de estos hallazgos psicológicos y psicosociales. Pero es que además de sorprenderlos, puede serles de gran ayuda en su práctica profesional, tanto en la testificación, como en las ruedas de reconocimiento o en sus investigaciones sobre casos criminales como pueden ser violaciones o asesinatos. Es cierto que, «la Psicología Jurídica a lo largo de las apariciones esporádicas antes de los años ochenta del siglo XX y en su prolífica aparición y asentamiento durante los últimos 25 años, ha estado siempre a merced de la ciencia jurídica, quizá, como analiza acertadamente Carson (2003), por el simple hecho histórico de que el Derecho existe desde que las personas comenzaron a convivir, lo que les ha obligado a definir y redefinir conceptos que pueden escapárseles a los psicólogos; quizá, simplemente, porque el Derecho es el poder y ‘conoce’ las reglas fácticas de la convivencia y el poder no se deja juzgar sino que juzga e impone sus normas, como bien ha señalado la llamada criminología crítica (Garrido y Herrero, 2006, p. 33)». Pero también debe ser cierto, como añaden Garrido y Herrero, que «hacer hoy leyes o aplicarlas sin tener en cuenta los hallazgos de las ciencias sociales es, cuando menos, una temeridad. Pero no lo es menor llevar a cabo investigaciones en Psicología Jurídica alejadas de las necesidades que tienen quienes han de dictar leyes o sentencias». Para mostrar, ya desde estas primeras páginas, la utilidad que puede tener la Psicología para el Derecho recordemos, por no poner ahora sino un solo ejemplo, que una de las principales causas de los errores judiciales son precisamente las identificaciones erróneas de los testigos presenciales y los errores no intencionales en las testificaciones. Veamos un sorprendente ejemplo real, expuesto por Loftus, Green y Doyle (1990) sobre el conocido caso del psicólogo Donald Thomson, quien participó en un debate televisado sobre el tema del testigo presencial. Posteriormente sería arrestado y acusado de violación e identificado por la víctima en una rueda de reconocimiento. Thomson consiguió de la policía detalles de la violación, descubriendo que había ocurrido en el mismo momento de su aparición en la pantalla, con lo que tenía una coartada perfecta. Más tarde la investigación mostró que la mujer había sido violada mientras veía la imagen de Thomson en el televisor, de forma que había fusionado mentalmente la imagen de éste con la del agresor. Pues bien, aunque el caso de Thomson es un caso muy especial, no es raro encontrar otros muchos ejemplos similares. Así, Milagros Sáiz (2002) llevó a cabo un experimento en la Universidad Autónoma de Barcelona en el que un grupo de estudiantes fueron testigos de un asesinato, presentado a través de una filmación en la que una joven que estaba conversando en el interior de un coche con un hombre de color fue asesinada por otro hombre, también de color, que disparó desde otro vehículo que se detuvo unos breves instantes. Los resultados mostraron que la mayoría de los estudiantes, en concreto el 60%, cometieron un importante error de reconocimiento: en la rueda de reconocimiento que se preparó a través de fotogramas de películas y en la que entre los presuntos culpables se hallaban tanto el hombre que acompañaba a la mujer asesinada como el verdadero asesino, eligieron erróneamente al primero creyéndole el real ejecutor del asesinato. Pero lo grave es que, como dice Wells (1993), «las falsas identificaciones ocurren con sorprendente frecuencia en los experimentos y la mayoría de la gente tiene demasiada confianza o fe sobre la evidencia y la identificación aportada por los testigos». Y más grave aún, si cabe, es el hecho de que un testigo que hace una falsa identificación, a menudo, es tan persuasivo como un testigo que hace una identificación exacta o correcta, y, sobre todo, que son frecuentes los casos de persona que han sido consideradas culpables en base a la aceptación del testimonio de los testigos presenciales que han incurrido en errores involuntarios. Frente a todo esto, la Psicología del testigo intenta determinar la calidad de los testimonios que sobre delitos y accidentes presentan los testigos presenciales. No olvidemos que Psicología y Ley son dos fenómenos absolutamente inseparables por la sencilla razón de que, como señalan Garrido y Herrero (2006, p. 5), en pocos escritos se encuentra tanta Psicología como en los textos legales. Digamos que la función del Derecho fue hacer psicología antes incluso de que existiera la Psicología. Pero ahora que existen ambas disciplinas, Psicología y Derecho, están condenadas a entenderse y a colaborar entre sí, si realmente quiere cada una de ellas comprender cabalmente su campo de estudio. Y, con toda seguridad, más útil le será la Psicología al Derecho que al revés, pues los profesionales del Derecho y la Ley (jueces, abogados, policías, criminólogos, forenses, etc.) trabajan con personas, y es la Psicología la disciplina que estudia la conducta humana y los factores que la dirigen (cogniciones, sesgos cognitivos, emociones, pasiones, estereotipos, prejuicios, influencia del ambiente, etc.). Espero que la lectura de este libro sea capaz de convencer a sus lectores de lo que acabo de decir, caso de que algunos no lo tuvieran ya claro antes de leer este libro. Al fin y al cabo, por no poner sino un ejemplo, cada sentencia judicial está contaminada, en mayor o menor medida y lo quiera o no lo quiera el juez que la ha emitido, por las actitudes, los estereotipos, los prejuicios, la ideología, etc., del propio juez, así como por factores sociales y colectivos como la alarma social, el hecho de que haya sido muy publicitada por los medios de comunicación, etc. Y si esto es así en los veredictos de los jueces, ¿qué deberíamos decir de los veredictos o toma de decisiones de los jurados, que, al constituir un grupo, se ven afectados, además, por los procesos grupales que rigen el comportamiento de los individuos dentro de los grupos y el del grupo mismo? Por otra parte, el término Psicología Jurídica tiene dos grandes significados, como luego veremos mejor: tiene un significado estricto, refiriéndose esencialmente a las aportaciones que puede hacer la Psicología y particularmente la Psicología Social en la Sala de Justicia, y tiene también un significado más amplio de forma que puede abarcar todas las aplicaciones de la Psicología y especialmente de la Psicología Social al campo de la Ley y del Derecho y que, como luego volveremos a decir, tal vez sea útil y oportuno llamarla Psicología Judicial, para distinguirla de la Psicología Jurídica. Es en este segundo sentido, en el amplio, en el que tenemos que subrayar que el ámbito de la Psicología Jurídica, o mejor Psicología Judicial, es muy amplio y diverso (Psicología Jurídica propiamente dicha, Psicología Forense, Psicología Policial, Psicología Criminal o Criminología, etc.). De hecho, si se examinan los numerosos manuales existentes en este campo podrá constarse que incluyen temas tan diversos como los de la testificación, la psicología de las sectas, el acoso laboral, la violencia de género, el abuso sexual a niños y niñas, la protección de menores, la psicología del terrorismo, etc. Pues bien, este texto pretende hacer un análisis relativamente profundo y exhaustivo de lo que podríamos llamar la Psicología Judicial para criminólogos, con lo que, por fuerza, deberemos concentrarnos sobre todo en dos de los ámbitos de la Psicología Jurídica antes apuntados: la Psicología Jurídica en sentido estricto, que constituirá la primera parte del libro y que desarrollará en profundidad algunos de los temas más relevantes tanto para abogados y jueces como para psicólogos, policías criminólogos y otros profesionales de la Ley y del Derecho, en especial todo lo relacionado con lo que podemos llamar psicología del testimonio. Más en concreto, y en coherencia con lo anterior, en este libro analizaremos ante todo las relaciones entre la Psicología y el Derecho (capítulo 1), así como los problemas de la declaración de los testigos, sean éstos adultos (capítulo 3) o sean niños (capítulo 4). Igualmente, y una vez vistos los problemas de la testificación y de la propia memoria humana, trataremos la toma de decisiones judiciales tanto de jueces como, sobre todo, de jurados (capítulo 5), decisiones enormemente complicadas y difíciles si tenemos en cuenta no sólo los sesgos de percepción y memoria de los individuos, sino también los derivados de aspectos tan humanos como la categorización social (de donde derivan los estereotipos y los prejuicios) o la psicología de los grupos. Pero siempre basándolo en un análisis relativamente profundo de la irracionalidad humana (capítulo 2), incluyendo los sesgos de percepción y de atribución así como los heurísticos y los problemas inherentes a la memoria humana, dado que el ser humano es ante todo un ser social y emocional más que cognitivo, por lo que se hace del todo imposible la «metáfora computacional» que parte de la base de una identificación excesiva y errónea entre el cerebro humano y el ordenador. De otro lado, la que podemos considerar la segunda parte del libro incluye cuatro capítulos que deberían ser incluidos en la Psicología Criminal o Criminológica. De hecho, veremos las principales relaciones entre la Psicología Social y la Criminología (capítulo 6), diferentes aplicaciones psisociales a la investigación criminal (capítulo 7), la Psicología Social del comportamiento sectario, incluyendo dos ámbitos, el de las sectas y el de los grupos terroristas (capítulo 8) y, finalmente, un fenómeno que cada día adquiere más resonancia y, a medida que es más y mejor conocido, más alarma social produce, dado el enorme dramatismo de sus efectos. Me refiero al acoso laboral o mobbing (capítulo 9). Finalmente, se añade una amplísima bibliografía que incluye todas las referencias citadas señalando con un asterisco aquellas cuya lectura se aconseja especialmente para una ampliación de los temas aquí tratados.
"These studies recover the historical roots of thinking that are in conflict with, and critical of, present-day tendencies. Criminological theory over the last few decades has oscillated between extremes: on one side there are calls for increasing the state exercise of punitive power as the only means of providing security, in the face of both urban and international rime; while the other side highlights the need for reducing the exercise of punitive power because of the paradoxical effects that it produces. Useful for academics, practitioners, professionals and students, this book will certainly contribute to a wider awareness in crime prevention and criminal justice."--Publisher's website.
This volume serves as a handbook for psychology professors around the globe who aim to internationalize and diversify their courses and curricula, and who seek innovative ideas to enrich their teaching. The work provides an overview of psychology’s globalization, and offers a broad range of suggestions for psychology instructors aiming to internationalize their undergraduate and graduate courses. Topics covered here include practical tips to diversify specific courses, such as abnormal psychology, lifespan development, and psychotherapy, and innovative methods of assessment of student learning. Additionally, a number of chapters focus on describing the training of psychologists, and the history and future of psychology education in various nations and regions. Co-edited by five distinguished, international academics, the thirty-five chapters represent each major geographic region of the world, with authors based in nations in Africa, Asia, Australia and New Zealand, Europe, Latin America, the Middle East and North America. Instructors of cross cultural, cultural, and international psychology and of multicultural education will be especially interested in the book, as will program evaluators, policy makers, and university administrators.
Exploring the dynamics between victim and offender is paramount to answering important issues of character and vital for forensic research. This involves examining the role of the victim during and after victimization; this process is especially important for spousal violence because of the interactive process between the victim and the offender.Forensic Psychology of Spousal Violence covers the phenomenon of spousal violence and its different forms, discussing the consequences of abuse, providing research tips to be used in the field, including relevant case studies and much more. The innovative approach of this text fills a void in the current understanding of spousal violence. - Uses international statistics to present data of women battered and/or deceased to educate, change mindsets and practices and ultimately reduce the number of battered women and spousal homicides in the future - Includes current case studies - Includes best practices for spousal abuse investigations - Portable for use in fieldwork